La economía digital presenta múltiples retos para el sistema fiscal mexicano. Las grandes empresas tecnológicas pueden operar sin presencia física en el país, lo que dificulta su fiscalización y el cobro justo de impuestos. Esto se debe a que los marcos fiscales tradicionales fueron diseñados para una economía física y territorial, no para transacciones digitales o bienes intangibles.
En México, al igual que en otros países, la naturaleza transfronteriza y digital de muchos servicios facilita prácticas de evasión y elusión fiscal. Por ello, se requiere un marco normativo actualizado, capacidades técnicas avanzadas y cooperación internacional para lograr una recaudación eficiente.
IVA a servicios digitales en México
México implementó el cobro de IVA a servicios digitales en 2020, aplicando una tasa del 16 %. Esta medida se dirige a empresas extranjeras que prestan servicios digitales a consumidores mexicanos, como plataformas de streaming, servicios de transporte o alojamiento, entre otros.
Además, México exige que los proveedores no residentes se inscriban ante el SAT como contribuyentes del IVA. En caso de incumplimiento, se pueden aplicar mecanismos de retención del impuesto a través de los medios de pago, como tarjetas de crédito.
Retos pendientes
A pesar de los avances, persisten retos como:
- La dificultad para identificar a todos los proveedores digitales que operan en el país.
- La necesidad de actualizar constantemente la legislación ante la evolución tecnológica.
- La falta de acuerdos internacionales que permitan una fiscalización efectiva y equitativa.
En resumen, México ha dado pasos importantes para gravar la economía digital, pero aún enfrenta desafíos técnicos, legales y de coordinación internacional para asegurar una tributación justa y eficiente en este sector en constante cambio.